lunes, 19 de abril de 2010
El reloj público y otras primicias de Montecristi
Fabricado en Francia por el relojero Jean Paul Garnier a un costo de 15,000 pesos mejicanos, había servido en la ciudad francesa de Saint- Germain-en-Laye.
Transportado desde Francia en el vapor “Lavinia”, fue llevado en carro de tranvía hasta su lugar original, el Parque Duarte- antigua Plaza de Armas- e instalado desde el 11 de marzo de 1895 siendo inaugurado el 29 de junio de ese mismo año.
En las celebraciones de su inauguración estuvieron presentes el general dominicano Máximo Gómez y el apóstol cubano José Martí, quien expresó: “Este reloj marcará muy pronto la hora de redención de Cuba”.
La altura de la torre alcanza los 96 pies. Ha sido restaurado en tres ocasiones.
Montecristi contó con locomotora desde 1875; el acueducto fue inaugurado en 1889; se instalaron teléfonos en 1895 y por su puerto llegaron al país los primeros camiones.
Cayos de Montecristi
Se llaman Tururú, Monte Chico, Monte Grande, Terrero, Ratas, Muertos y Arenas. En cayo Ratas o Pablillo se mantiene en pie un faro que antaño guiaba a los navegantes, cuando las costas de Montecristi figuraban entre las más importantes del país.
El Morro y sus Playas
La pesca es también otra de las fuentes de vida de la población, así como el ganado caprino.
Es una ciudad de historia y personajes de coraje y valentía. Allí está el Museo de Máximo Gómez, casa donde se dió el encuentro con el prócer cubano José Martí.
Dentro de sus atractivos está el Morro que es una loma con forma de camello echado, como un viejo sabueso cuidando el puerto de la ciudad de Montecristi y la Playa de Montecristi con arena áspera, rojiza y fuerte oleaje que pega contra el acantilado que se forma tras la loma de el Morro.
La playa en sí misma es un espectáculo impresionante, por la majestuosa bravura del mar.
Carnaval de Montecristi
Foto: Gianfranco Lanzetti |
Montecristi tiene una hermosa tradición de carnaval popular, muy singular y extraordinariamente simbólico, expresado privilegiadamente en Los Toros como personaje central, que se dramatiza con sus enfrentamientos con Los Civiles.
Estos consisten en un verdadero duelo con fuetes (látigos), con los que se procura derribar al oponente o atemorizarlo.
Los Toros tienen el rostro cubierto con una máscara de lechón (cerdo) y usan vistosos trajes de colores, revestidos en su interior con material para protegerlos de los azotes de sus contrarios.
Los Civiles en cambio, deben usar pantalones cortos y ropa normal.
El ganador del encuentro es quien soporta con mayor éxito los embates del contrario o quien consigue derribar a su oponente.
Muchas otras tradiciones pintorescas pueden observarse en la celebración del carnaval en Montecristi, como la divertida Roba la Gallina, popular entre grandes y chicos.
Símbolos mágicos-religiosos de purificaciones, de valor, de machismo, de relaciones, le dan identidad al carnaval de Montecristi.
jueves, 8 de abril de 2010
Montecristi Geografía
La provincia Montecristi se encuentra localizada en la región Cibao Noroeste, en la costa norte del país. Hace frontera con la República de Haití. Su posición astronómica es la siguiente: 190 40' latitud Norte y los 710 25' longitud Oeste.
Area y división política
La extensión de le provincia Montecristi es de 1,924.35 kms2. Esta se divide en seis municipios y cuatro distritos municipales, que son los que aparecen en el cuadro No. 1. La capital provincial es la ciudad San Fernando de Montecristi.
Municipios y Distritos Municipales que integran la provincia Montecristi
Municipios
Distritos municipales
San Fernando de Montecristi
Hatillo Palma
Guayubín
Villa Elisa
Pepillo Salcedo
Cana Chapetón
Villa Vásquez
Palo Verde
Castañuelas
Las Matas de Santa Cruz
La provincia Montecristi limita al Norte con el océano Atlántico: al Sur con las provincias Dajabón y Santiago Rodríguez; al Este con la provincia Valverde y al Oeste con el Océano Atlántico y la República de Haití.
martes, 6 de abril de 2010
Historia de la ciudad
Aunque parezca extraño, por su escasa actividad económica actual, Montecristi tuvo una época de auge en el último cuarto del siglo XIX.
"La ciudad estuvo a la vanguardia en muchos de los adelantos que facilitan la vida: el primer acueducto, primer ferrocarril y teléfono. Se emprendió la gran tarea de desviar el cauce del río Yaque del Norte, que había perdido su curso inicial cuando el cataclismo de 1802", explica la profesora Mariana Aguilera en su obra Apuntes para una Historia de Montecristi.
Montecristi fue una ciudad próspera, que atraía gente no sólo de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata y otras comunidades, sino también a extranjeros (ingleses, franceses, españoles, chinos, estadounidenses, sudamericanos e isleños de las otras antillas), por lo cual "funcionaban consulados de los países más importantes".
"El progreso de Montecristi se debió –apunta la profesora Aguilera- entre otros factores a la existencia de la Casa Jiménez, cuyos propietarios estaban ligados a negocios establecidos en Europa…"
"Especialmente Alemania experimentó un auge en su desarrollo técnico e industrial. La industria textil y otras necesitaban las materias primas que existen en forma silvestre en la República Dominicana (campeche, guatapanal, aroma, etc.) y otras como miel, pieles, cera, etc. abrieron un mercado de exportación muy activo, que se completaba con el mercado de importación, constituido por productos manufacturados (telas, máquinas, lozas, zinc, zapatos, etc.)".
La Casa Jiménez era propiedad, principalmente, de Juan Isidro Jiménez, quien luego llegaría a la presidencia de la República (1899 y en 1911); su hermana doña Emilia Jiménez y el esposo de ésta, Rafael Rodríguez Camargo. Esos dos hermanos eran hijos de Manuel Jiménez, quien fuera el segundo mandatario de la nación, en 1849.
Rodríguez Camargo era hijo de Ramón Rodríguez (El Gallego) y María Rosa Camargo. Su familia era "una de las más ricas no sólo de Montecristi, sino del país".
Otro empresario importante en Montecristi fue el español Antonio Espín, quien consiguió la concesión para traer la primera locomotora al país y usarla en el transporte de troncos (traviesas) de campeche hacia el puerto.
Otras familias tenían negocios bien establecidos, entre ellas la Rivas. Y a casa de uno de sus integrantes, Román, "según versiones, llegaban todos los días sacos llenos de dinero (onzas de oro, etc.)".
"El puerto tenía tanta actividad –se agrega en Apuntes para una Historia de Montecristi- que se consideraba entre los tres primeros del país. Para aminorar las distancias muchos moradores vivían junto al mar, en la hoy playa Juan de Bolaños, donde existía un pueblo con sus calles, tiendas, billares, etc.".
La declinación económica de Montecristi comenzó con la disminución de la demanda de esas materias primas en Europa, dificultades de la Casa Jiménez, que el dictador Lilís obligó a que se escapara de las manos de su rival político, Juan Isidro Jiménez, y luego los problemas derivados de la I Guerra Mundial.
La profesora Aguilera considera importante rememorar estos acontecimientos, no para que los montecristeños "descansen en el progreso del pasado, sino para que consideren que lo que fue ayer puede repetirse, de manera que a más de 100 años pueda volverse a experimentar una transformación positiva".
La profesora Mariana Aguilera, mejor conocida por los montecristeños (as) como señorita Minona, fue profesora y directora por muchos años del liceo José Martí. También dirigió las extensiones de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y de la Universidad Central del Este (UCE).
Recientemente cumplió 80 años, más de 50 de ellos dedicados a la enseñanza, que continúa de hecho en cada charla que sostiene en su casa con antiguos alumnos y compueblanos.
Por su extraordinaria labor magisterial, fue condecorada con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella. Sus antiguos colegas, alumnos y la población en general le reconocen como la más alta autoridad intelectual y moral de Montecristi.